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domingo, 16 de octubre de 2016

El Rey León: el musical

¡Hoy estoy muuuuy feliiiiz! Estoy escribiendo esta entrada nada más llegar a casa, después de asistir por segunda vez en mi vida (y espero que no última) al musical de El Rey León que se representa en el Teatro Lope de Vega de Madrid (no sé cuándo se publicará esta entrada, pero probablemente días después de haber ido a verlo).

Fui por primera vez hará como cuatro años y salí del teatro deseando regresar. He tenido la oportunidad de hacerlo de nuevo. Recuerdo que me sentí absolutamente fascinada durante la actuación y, en esta ocasión, me ha vuelto a ocurrir lo mismo. He reído, cantado, aplaudido y llorado. Sobretodo llorado. Creo que afirmo sin asomo de duda que he disfrutado yo más que los críos que estaban a mi alrededor.

Si no habéis visto la bellísima película de Disney, os resumo la historia. Comienza con el nacimiento de Simba, el hijo de Mufasa, rey del territorio donde habitan. A pesar de ser el legítimo heredero, Scar, su tío y hermano de Mufasa, no está conforme con ello pues desea el poder que ostenta el rey. Por lo que engaña a Simba, enviándole hacia una zona de ñus donde Scar y sus hienas provocan una estampida. Al ver peligrar la vida de su hijo, Mufasa se lanza sin pensarlo en su ayuda, quedando malherido en el acto pero salvándole. Intenta huir escalando por una montaña escarpada y pidiéndole ayuda a Scar, que lo observa todo, impasible. Sin embargo, este aprovecha la situación para lanzarlo por el precipicio, en pos de la estampida, causándole la muerte. Simba regresa al lugar, y al ver el cuerpo de su padre, cree que ha muerto por su culpa, sensación que acrecientan las palabras de Scar que le convence de que, en efecto, lo ha sido. El pequeño Simba huye, ahogado por la tristeza y el dolor, dejando el reino en manos de su malvado tío.

Sin duda, lo más difícil a la hora de adaptar semejante película de animación a actores reales y un teatro, es la escenografía. ¿Cómo representar la sabana y su amplio hábitat? Julie Taymor, encargada de los diseños de personajes y sus vestimentas, ha hecho magia. En serio. Magia. Todo el vestuario tiene ese toque salvaje e indomable que caracteriza a los animales que representa, además de la ambientación africana que lo reviste de autenticidad y verosimilitud. Destacar en especial los ropajes de Mufasa, Simba, Scar, Nala y las leonas. Cada uno de ellos llevan máscaras diferentes, que dotan a los actores de ese aspecto fiero y aleonado, así como de una personalidad arrolladora. Asimismo, los movimientos, cómo se desplazan por el escenario, todo contribuye a que nos creamos que pueden ser leones de verdad. Es espectacular. También son reseñables las caracterizaciones de Zazú, Timón y Pumba.



¿Los actores? Simplemente brillantes. Transmitían a la perfección las emociones, poniendo los pelos de punta con sus magníficas voces. Lograban hacerte soltar la lágrima en las escenas de mayor dramatismo ya fuera por sus gestos o por lo metidos que estaban en su personaje. Lo único que me disgustó fue Timón. Intentan hacerlo gracioso añadiéndole un acento andaluz, juegos de palabras y chistes que, a pesar de hacer las delicias de los más pequeños, a mi me desagradaban y me parecía un despropósito. En especial, la famosa escena en la que Timón se pone una falda para bailar el hula-hula y hacer de cebo, sustituido aquí por un traje de sevillanas y una saeta. ¿De verdad era necesario? En ese instante sentí más vergüenza ajena que otra cosa.

Al ser un musical, las canciones y las coreografías eran lo más reseñable. Impecables en ambos aspectos, aunque me da un poco de pena que las letras no sean fieles a la película original pues, aunque el mensaje se mantiene, estas cambian y no pude cantar a gusto porque no me las sabía. Las escenas de danza, el dinamismo de los actores por el escenario, los gestos propios de los animales que representaban... La gente aplaudía a cada cambio de escena, porque era imposible no hacerlo. Estuvieron sublimes y son capaces de dotar de vida una película que ha supuesto la infancia de muchísimas personas y que, hoy en día, sigue siendo una parte de nosotros. Al final, el público se puso de pie y tuvieron que salir a saludar varias veces.

Para finalizar mi fangirleo, dejaré vídeos de algunas de las actuaciones para que os hagáis una mejor idea. ¡Espero que los disfrutéis tanto como yo!

Trailer oficial

Él vive en ti

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